Por Tania Rendón Portelles
Sancti Spíritus, 30 nov (ACN) Cuentan los testigos de entonces que hace 57 años, en esta ciudad, el pueblo de la provincia de Sancti Spíritus aguardaba el paso de la Caravana de la Libertad bajo una llovizna finísima y un frío tremendo, aguardaban la llegada del Comandante en Jefe con alegría y euforia.
Según recogen los archivos históricos provinciales, el parque Serafín Sánchez, del territorio espirituano, reunía una multitud de personas, quienes con impaciencia esperaban a los guerrilleros que venían desde el Oriente de Cuba.
El veterano del Ejército Rebelde Alcibiades Aguiar, quien formó parte de aquella marcha triunfal, recordó a la ACN que serían cerca de las dos de la madrugada cuando Fidel reconoció la valentía de esta localidad al expresar que fueron muchos los oficiales de la región que se habían distinguido en la lucha contra Fulgencio Batista.
Ese día, Fidel se bajó de un blindado y lo subieron hacia el edificio de la Sociedad El Progreso -hoy Biblioteca Provincial Rubén Martínez Villena-, mientras todo el mundo gritaba: “¡Fidel!, ¡Fidel!”, y de la multitud enardecida salía un clamor tremendo, señala Aguiar.
Fue aquí, ante la presencia de miles de personas, donde el líder histórico de Cuba anunció que la Revolución NO sería una tarea de un día, ni de dos, ni de tres, que nuestros males no encontrarían solución de la noche a la mañana y que sería preciso trabajar mucho, dijo Oscar Alonso, el también integrante de la columna 7 Abel Santamaría Cuadrado.
Y es que precisamente el pueblo espirituano atesora aún el discurso memorable del Comandante cuando expresó: “Si las ciudades valen por lo que valen sus hijos, si las ciudades valen por el espíritu y la moral de sus habitantes, por el fervor de sus hijos, por la fe y el entusiasmo con que defienden una idea, Sancti Spíritus no podía ser una ciudad más.
De acuerdo con Aguiar y Alonso esos momentos fueron inolvidables, porque todo lo que prometió Fidel, la Revolución lo cumplió con creces.
Ese amanecer se caracterizó por los vítores de triunfo revolucionario, por los brazaletes de rojo y negro en representación al Movimiento 26 de julio y, sobre todo, por el apoyo incondicional de Sancti Spíritus a la Revolución.
“Esta vez -y eso es lo que comprende el pueblo al cabo de cuatro siglos-, por primera vez un pueblo manda; por primera vez los hombres que tienen las armas en la mano se inclinan reverentes ante el pueblo de Cuba”, dijo Fidel en aquella madrugada fría de 1959, palabras que siempre defendió al apostar por la unidad del pueblo cubano y al poner la disposición de todos servicios imprescindibles como la educación y la salud.
Para llegar al centro de la ciudad espirituana desde el municipio de Jatibonico, la caravana tuvo que desviarse en la zona de El Majá, en el municipio de Jatibonico, hasta la Ferrolana, actual municipio de La Sierpe, utilizando la carretera de El Jíbaro, ya que el puente de la Carretera Central sobre el río Zaza había sido dinamitado.
Con un grito de ¡Qué viva Cuba libre! concluyeron las palabras del líder de la Sierra Maestra en esta ciudad, y la caravana siguió rumbo a Santa Clara para demostrar la inquebrantable confianza que tenía la naciente Revolución en todos, y que siguiendo los preceptos del Apóstol, ésta triunfaba por y para los humildes, un sueño que se hizo realidad.
Desde aquel 6 de enero de 1959 cuando Fidel Castro afirmaba que ” se ha cerrado un largo proceso de humillación y se inicia la definitiva dignidad de la Patria”, también vaticinaba lo que más tarde se haría realidad en aquel hermoso sitio: la apertura de la biblioteca Rubén Martínez Villena.
Con un acervo consistente en libros, folletos, publicaciones periódicas y fotografías al servicio de la cultura y la educación, la institución que este primero de diciembre volverá a ser testigo del paso del eterno Comandante en Jefe Fidel Castro en su tránsito hacia Santiago de Cuba es admirada por sus visitantes por sus valores patrimoniales neoclásicos que datan de principios del siglo XX.
Las altas columnas, los enormes espejos, las escaleras de mármol, la biblioteca toda está de luto desde este 25 de noviembre cuando Fidel partió hacia la eternidad.