jueves, 30 de abril de 2009

EL SILENCIO AZUL (Eliminado Industriales de los play off de la Serie Nacional de Béisbol 2009 en Cuba)

Reinaldo Cedeño Pineda
escribanode@gmail.com

La noticia ha sido dada con brevedad, con una pasmosa concisión por los medios televisivos, casi como un flashazo. Ha sido dada con cautela en el Noticiero Deportivo y en el Noticiero Nacional de Televisión, este miércoles 29 de abril de 2009.

Admito que es pronto, que tal vez algunos todavía no han tenido tiempo de digerir la noticia, reacomodar sus consideraciones y recuperarse….

Se dijo poco: apenas que esta tarde, la Isla de la Juventud (en su estadio Cristóbal Labra de Nueva Gerona) le ha ganado seis carreras por uno a Industriales, y los numeritos del juego.

Por supuesto, no espero una nota necrológica ―bromas y pasiones aparte―, pero sí que no haya silencio, que a la afición cubana no se le escamoteen las declaraciones, los reportes, los trascendidos y los análisis que el hecho impone. Y seguramente, también las justificaciones, las recriminaciones, los dolores de cabeza para el estrenado manager Germán Mesa (¿dirigirá el año próximo?)

Los aficionados al béisbol en Cuba saben que no exagero: que estamos delante de un NOTICIÓN… El león que los representa, eso sí, no podrá rugir más, hasta la venidera temporada..

Como periodista, sé que sobran las razones para sostener la afirmación de que se trata esta, de una NOTICIA DEPORTIVA:

La no clasificación de Industriales a la fase final (los play off) de la Serie Nacional de Béisbol, es un hecho al que hay que buscarles antecedentes muchos años atrás ―la primera vez que sucede en la actual estructura―, pues se trata ciertamente de un equipo ganador, de enorme tradición ―aunque haya tenido una de sus peores temporadas eso sí: mal rendimiento del pitcheo, lesiones y puntos suspensivos―; de un equipo con una afición apasionada y millonaria.

Es un equipo bien mimado por los narradores de los medios de cobertura nacional ―aunque algunos se empeñen en negarlo― y por la televisión especialmente. Y por si fuera poco, es el único que posee un “equipo sucursal”, porque eso y no otra cosa es el segundo equipo capitalino, Metropolitanos, que por cierto se mantuvo optando en la primera parte del campeonato.

¿Cuántos de ese equipo jugarán las próximas temporadas con Industriales?

Se trata además, del equipo que tiene como sede la mayor instalación deportiva de Cuba (incluidos todos los deportes), el estadio Latinoamericano.

En el aspecto simbólico, tiene también lo suyo: un edificio próximo pintado de azul, color de los industrialistas, lo que demuestra el carácter de una afición fiel e imaginativa.

Industriales es el colectivo representativo de la mayor concentración poblacional de Cuba: la ciudad de La Habana, aunque algunos abusen de aquella consideración de que uno de cada cinco cubanos vive en La habana… como si no fuese igual de certero que cuatro de cada cinco… no viven en ella.

Otros se han empeñado en decir, incluso, que INDUSTRIALES es el equipo insignia de la pelota cubana. SIEMPRE HE DICHO QUE TAL APRECIACIÖN es un soberano disparate, porque pretende obviar que cada territorio cubano se ve representado en su propio colectivo.

El único equipo insignia de la pelota cubana es el EQUIPO CUBA, representativo de toda la nación.

Ojalá no escuche en estos días ―lo digo antes de que suceda― otra consideración absurda: que el campeonato de la pelota cubana sin Industriales… pierde interés.

¿Quién puede ocultar que INDUSTRIALES es un gran colectivo, que tiene espíritu…. que no se da por vencido? Nadie que tenga los pies en la tierra, cualquier apasionamiento aparte. Me gustan los desafíos donde participan, por su espíritu. Esa es una cosa…. mas, por suerte, el béisbol en Cuba no se circunscribe ni se acaba con Industriales.

Creo, por otro lado, también se le exige demasiado…. Vamos que no siempre se puede ganar.


El David deportivo venció a Goliat

La Isla de la Juventud, en todo sentido, es un equipo grande. Salido de una ínsula que no llega a 90 mil habitantes, no dio margen a la casualidad, y derrotó el martes por KO a Industriales (12 a dos), salido de un ciudad de más de dos millones.

La victoria lograda hoy, despejó todas las dudas, porque de barrer a la Isla, Industriales aún tenía oportunidad… pero la escoba andaba en otras manos.

Es además una muestra del desarrollo de la pelota cubana.

Historias y gazapos

(Lo que a continuación sigue fue tomado de la web de RADIO CARIBE, Isla de la Juventud y escrito por Luis López Viera)

Los play off comenzaron en la campaña de 1985-1986, cuando Industriales ganó el título por encima de Vegueros en un épico final. Antes se habían efectuado solo tres series de «muerte súbita», pero en todos los casos fue para definir un empate.

Recapitulemos: en la segunda temporada del béisbol revolucionario, Industriales y Orientales terminaron con balance de 16 éxitos y 14 fracasos. Luego, los azules ganaron 2-1 a la hora de la verdad. Nueve años más tarde, Azucareros y Mineros también concluyeron empatados (52-14), pero los primeros se impusieron 2-1 en los juegos decisivos. Finalmente, en la Selectiva de 1978, Las Villas venció 3-2 a Pinar, después de que ambos conjuntos finalizaron igualados el calendario regular (35-25).

En general, el equipo que más play off ha disputado es Santiago de Cuba (21), seguido por Industriales (20), Villa Clara (17) y Pinar del Río (15). No por gusto decimos que estos son los «cuatro grandes» del béisbol cubano.

Los santiagueros acumulan 113 sonrisas y 77 derrotas, un récord superior al de Industriales (100-69), Pinar (74-66) y Villa Clara (74-79). Sin embargo, el mejor promedio lo tiene Vegueros (14-4), según nuestro estadístico Benigno Daquinta.

Ahora bien, para complacer a algunos lectores que se interesan por ello, les relaciono a continuación los tropiezos de Industriales antes de implantarse el actual sistema de competencias.

Los azules fueron eliminados de los play off en 1988. Entonces Vegueros y La Habana resultaron los mejores en Occidente, mientras Santiago y Camagüey sobresalieron por Oriente.

Asimismo, en 1990, Henequeneros y Santiago accedieron a la disputa del título como campeones de grupo, en tanto Industriales y Granma discutieron el tercer lugar. Al año siguiente los azules volvieron a irse en blanco, pues Henequeneros y La Habana fueron superiores sobre el terreno.

Así, el último «papelón» de Industriales fue en 1995, relegado por Pinar y La Habana en un campeonato de 65 juegos. Ese año, curiosamente, tampoco estuvo bien Santiago, y Villa Clara y Holguín aprovecharon la oportunidad. Finalmente, los naranjas se llevaron el gato al agua.

Mientras, con el formato que tenemos en la actualidad, solo un equipo no ha clasificado nunca: Matanzas. Cienfuegos ya hizo la cruz en 2003, pero perdió 3-2 con Pinar. En tanto, Guantánamo, Holguín, Metropolitanos y Las Tunas, se empinaron un par de veces.

miércoles, 29 de abril de 2009

1 2 3 4 5 ? 7 8 9 10… ¿Dónde está el tomo 6?


Por Pedro Pablo Oliva
(vía e-mail)


Es casi una costumbre para mí recorrer las librerías del Cas
co Histórico de
La Habana Vieja. Tengo un proyecto cultural en mi ciudad (Pinar del
Río) que lleva más de diez años funcionando, y consiste en una especie rara
de sitio, desde donde emanan iniciativas de creación, promoción e
intercambio crítico en torno a la Literatura, el Cine, la Música y la
Cultura
en general, incluyendo las Ciencias, pero que en su mayoría
enfatiz
an en el desarrollo de las llamadas Artes Visuales en nuestra región.

El jueves 23 de enero encontré en la librería Grijalbo Mondadori, en la sede
del Instituto Cubano del Libro, en La Habana Vieja, ejemplares de La
Enciclopedia
, de Salvat Editores, 2004, en 20 tomos. Su precio era de 1 CUC
por cada tomo. Me pareció en extremo barato para los que conocemos el valor
de es
e tipo de publicaciones en cualquier país del mundo, considerando el
cúmulo de información que contiene. El papel, sus fotos y reproducciones a
color eran bastante buenos.
Muchas personas como yo compraron la colección, pero el gran misterio estaba
en que el Tomo 6. no existía. Al principio me pareció un error de compra y que por ello se vendía a ese precio.
Pero la cosa no era por ahí. Por algunos amigos supe que el Tomo 6 había

sido sacado de la venta porque en una de sus páginas exponía criterios
supuestamente desacertados acerca de la realidad cubana.

No puedo explicarme cómo un criterio cualquiera, contenido en una
public
ación cualquiera, pueda influir en un funcionario o responsable del
control de la distribuidora de libros, como para tomarse la licencia de
descompletar una colección de estas características.
Siento que es una falta elemental de respeto a quienes, como yo, decidimos
comprar la colección. Las mentiras y verdades sobre Cuba, si han de
desnudarse, solo se hará con la realidad misma, con lo que vivimos
diariamente.
No sé quién se siente tan "superrevolucionario" o cree poseer las
verdaderas claves de la "supraconciencia" colectiva, para tomarse la
facultad de obrar como dueño y señor, de decidir qué puede o no puede leer
uno. T
engo 60 años y me siento suficientemente capaz de explicarme el mundo
y sus criterios, y de aceptar o no una explicación o un análisis de otra
persona.
En Cuba la educación es estatal y eso implica que todo el aparato
sicológico, pedagógico y político lo dirige y controla el estado; estoy
hablando desde el círculo infantil hasta la universidad. Si con todo este
sistema puesto en función del desarrollo cultural, político y social del
hombre, se teme a unas cuantas palabras escritas sobre Cuba, erradas o no,
entonces cierren de una vez el monasterio.
Estoy convencido de que el funcionario responsable de escamotearle al
público
el Tomo 6, carece de seriedad profesional y menosprecia la capacidad
de quienes ya aprendieron a pensar por sí solos.
¿A qué se le teme?
En nombre de quienes compraron La Enciclopedia Salvat 2004, y de quienes
desearían adquirirla, no exigimos gratuidades, sino que se nos venda el
misterioso Tomo 6.

viernes, 17 de abril de 2009

Ciudad en rojo apunta al desacierto


Por Enrique Pérez Fumero
(Estudiante de Periodismo)
Tomado de: http://laislaylaespina.blogspot.com/2009/04/ciudad-en-rojo-apunta-al-desacierto.html


El largometraje Ciudad en rojo de la realizadora Rebeca Chávez, tuvo su estreno en el cine Rialto de Santiago de Cuba —que después de una larga temporada de sueño improductivo— al fin se despertó bañado y curado. Y es que en mejor lugar no pudo ocurrir. En frente, la Catedral y a pocos metros el Parque Céspedes; dos exteriores que resultaron campos de batallas para las luchas clandestinas contra la dictadura de Fulgencio Batista.

En la sala oscura, el fade in nos muestra en la pantalla algunos caracteres donde se lee que le película inspira su argumento en la novela Bertillón 166 del santiaguero José Soler Puig, quien mereció el primer premio convocado por la Casa de las Américas en 1960. Pero amén de reposar sobre una tesis literaria, Ciudad en rojo se debate entre el desacierto, el facilismo y la ingenuidad.

Tiene un guión donde se han violado algunos pasos que ayudarían a entender mejor el conflicto. En busca de un protagonista, muchos espectadores discutían entre los posibles actores; yo escojo a Santiago de Cuba como responsable de aquella etapa. Sin embargo los personajes donde se sustenta la lucha, carecen de una buena construcción física, psicológica y social: algunos entran y salen con pobres puntos de giros. Hay uno que sí marcó pautas. Me refiero al chivato, interpretado por Herón Vega que —en pocos minutos de metraje— cambia por completo el curso la historia. En general percibo cierta incongruencia cuando los protagonistas tienen que tomar decisiones y negar sus propias realidades.

Durante 24 horas, más o menos, transcurre todo el conflicto: un hervidero donde la sangre es el único líquido que calma la sed del tirano, el derrocamiento de este último es el máximo objetivo. La juventud universitaria es la que aparentemente lleva las riendas de la lucha, pero hay un sindicalista familiarizado con mejores formas de conducir la contienda. Llega, es rechazado y aceptado… de buenas a primeras es asesinado sin explicar ni hacer valer sus propósitos. ¡Todavía es una incógnita!

En torno a las actuaciones se nota alguna indiferencia con el tema en cuestión. Si la ciudad estaba roja, se supone que los habitantes también sufran por los sucesos del día a día. Al parecer ninguno de los sujetos principales tiene idea de cómo se vive en horas de sangre y bombas por todas partes: el corazón palidece a media asta en espera de un nuevo amanecer. Actores santiagueros poco utilizados, que a lo mejor hubiesen ofrecido otra mirada.
Ciudad en rojo tiene un final abierto, naturalmente la lucha continuaba en la Sierra y en el Llano. Pero en relación con la muerte del máximo caudillo de la tiranía, se recurre a un facilismo poco creíble por las personas vivas, testigos de aquella etapa.

El cine, como espectáculo al fin, propone un intercambio donde el espectador dialéctico construye su propia historia. Es aplaudible la fotografía de Ciudad en rojo que tuvo su escenografía en algunas calles, avenidas y escalinatas de Santiago de Cuba… planos generales de un amanecer cansado, nublado, íconos que enfatizan la incertidumbre que se vivía. Para muchos, una gran deuda que el ICAIC sostiene con diversos lugares de Cuba, al hacer frente a un séptimo arte cubano y ciento por ciento habanero. Los más bisoños nos quedamos boquiabiertos con la de entonces populosa calle Enramadas; pero… los que aún guardan instantáneas y publicaciones de la época quedaron insatisfechos… ¡Qué difícil!

Ciudad en rojo propone una revisión de nuestra idiosincrasia luchadora… El tiempo y los públicos dirán la última palabra.

Globalizando en catre o la danza de los tontos.

Por Carlos Figueroa.
Los muchachos hacían cola desde temprano en el paseo de la ciudad. Era día de carnaval y los vendedores ambulantes dormían sobre el escaso césped que queda entre el asfalto y el concreto. Estaban dormitando en viejos catres de lona y aluminio que de tanto llevarlos de un lado a otro de la isla, eran parte de sus vidas, un brazo o una pierna más de su cuerpo a los cuales le otorgaron la doble función de cama y mostrador, vitrina tropical capaz de someterse a las duras pruebas del viajante sin rumbo.
Cuando estuvieron de pie, otra vez dispuestos a largas horas de pregones y ventas, los vendedores desplegaron sobre los utilísimos catres toda suerte de camisetas, jeans, adornos para el pelo, collares y bisutería de la más rancia estirpe del duplicado, de la copia cuasi perfecta de los productos de la modernidad, de lo último que se usa en Miami y Cancún, en Manaos o Nevada, Santiago de Chile o Marbella. Y los muchachos – curiosos seguidores de lo actual -, revisaron todo, indagaron por los precios, buscaron sus tallas. Algunos se llevaron su compra como trofeo para exhibirlo en la noche. Otros, prefirieron trocar en plena avenida su vestimenta, por aquella de marca falsa, pero de otra marca mejor, dijeron.
Y así, la ciudad se fue llenando de muchachas y muchachos con anuncios de Adidas, Nike, USARMY, D & G, o los rostros felices de los reguetoneros de éxito, los rokeros de siempre… Y así se fue armando el conjunto, la masa uniforme que luego, con los destellos del carnaval y el alcohol los convertían en atractivos, gente a la moda, burdas imitaciones de muchachas y muchachos de otros mundos tan ambulantes como los vendedores. Eran los tontos danzantes de un fenómeno que desde la crisis económica del último decenio del siglo XX cubano, comenzó a inundarlo todo: la globalización de la sociedad como respuesta a la carta. Una respuesta que, sin embargo, encontró su sedimento a pesar de todos los esfuerzos por contrarrestarlos y permanece todavía inmaculada y fértil.

II

En realidad, la globalización está reñida entre dos vertientes teóricas que la ubican en primera instancia como algo tan viejo como el mundo, es decir, que es tan antigua como la llegada de Cristóbal Colón a tierras americanas o, para ir más lejos, en la expansión de Roma por Europa y África. De otro lado, están los que afirman que es un fenómeno reciente, tan cercano a la Coca Cola o Elvis Presley como al imperio de Bill Gates.
La primera de estas versiones teóricas es hija directa de la llamada escuela histórica, que sostiene que “la globalización constituye una parte natural de la sociedad humana.”
Los que afirman que es un fenómeno reciente, basan sus argumentos en que la globalización aparece con el fin de la llamada Guerra Fría, cuando el mundo se dividió en Oriente y Occidente, en la revolución tecnológica y en la victoria de las vertientes neoliberales dentro del sistema capitalista. Es decir, para estos últimos la globalización no tiene algo más de tres lustros de edad, estamos apenas en sus inicios.
Si continuamos por este último camino – el más reconocido hoy -, se pudiera explicar el por qué millones de personas en todo el planeta todavía no entienden cual es el trillo por el que andamos en esta era, ni pueden (quizá no lo desean) definir los momentos de transición en que vivimos. Es por ese camino que llegamos a comprender mejor las razones que asisten a la juventud cubana de hoy a intentar aparentar desde la falsedad de la copia salida de un oscuro taller de cualquier parte de la isla, sin apenas reparar en el acto globalizador como “proceso” y como “ideología”.
Separar estos dos conceptos resulta importante para evitar las manipulaciones, repeticiones insulsas y hasta maniqueas de lo que llamamos Globalización y que tanto nos aterra hoy en día.
Hay, efectivamente, algunos procesos que tienen un carácter global, como los mitos y realidades que se tejen alrededor de la sociedad de la información o del conocimiento. Lo mismo ocurre con nociones “como la de “sociedad postindustrial”, “sociedad postcapitalista”, “sociedad de consumo”, “era postmoderna”, etcétera.”
Pero el término Globalización entraña también una lectura ideológica al presentarse como la fórmula ideal para resolver a corto, mediano y largo plazo los problemas que tenemos los habitantes de este planeta. De ahí que si las muchachas y los muchachos cubanos no pueden comprar en las boutiques o tiendas de marca de Londres o New York, un grupo de timadores oficializados con patentes de ventas, le ofrezcan en inescrupuloso accionar, las variantes reproductivas de sus vestuarios y lencerías.
Se dice – para colmo de males – que con la Globalización el sufrimiento que produce la hambruna desaparecerá, como también quedarán al campo la pobreza, la desigualdad… A medida que la Globalización se afinca, se fortalece, los problemas de hoy serán historietas para pulpa, asunto de reciclaje y recuperación de materias primas.

III

Siendo justos, la Globalización es en sí un fenómeno contradictorio que tiene dos caras:
CARA 1: Integra toda la tecnología, el mundo financiero y los medios de comunicación.
CARA 2: Lleva a la desintegración, crea conflictos étnicos, regionales y tendencias particulares que van en contra de ella misma.

De ello se deduce que estamos ante un proceso que no ha encontrado su centro. Y más: no ha descubierto sus contornos, sus límites, está flotando, impreciso y vapuleado sin que nadie medie (aunque muchos lo anuncien) para utilizarlo en función de nuestros intereses y objetivos sociales e ideológicos.
La Globalización es capaz de poner en peligro la vida política actual y su estatus organizativo centrado en el Estado, al profundizar en las desigualdades entre las naciones y muy especialmente pone en crisis a los más pobres, a los que estamos en la larga lista de la comunidad conocida como Tercer Mundo.
Es sabido que solamente aquellas sociedades que tienen un desarrollo económico fuerte pueden acceder a la Globalización, para el resto es pura vestimenta de ocasión que hunde los estratos sociales, los comprime y convierte en guerreros sin pensamiento, en hombres y mujeres idiotizados por la imagen de lo sólido, de lo afincado per se por la historia a partir de que la civilización europea es la que más se ha interesado por el resto del mundo.
Hoy, en medio de una crisis económica que no vislumbra salida inmediata, estar atentos ante la desesperación de los poderosos es cuestión de orden para los que son excluidos de los debates y no forman parte del grupo decidor. Vale recordar que en la última Cumbre G-20 los países menos favorecidos no estuvieron representados ni fueron escuchados en el intento ¿mundial? por frenar dicha crisis económica global, hija directa de la Globalización histórica. Ellos, los poderosos, cayeron al perder el Estado su monopolio sobre casi todo lo que significa producción de bienes y cual efecto dominó, los menos poderosos deben pagar con más hambre, desintegración… en fin, deben pagar con la Cara 2 de este asunto.
Y por si fuera poco, estamos ante un fenómeno político histórico donde el poder lo ostenta una clase burocrática internacional, nuevos gobernantes salidos de las academias neoliberales que suelen ir muy bien vestidos, amables y sonrientes como corresponde a todo hijo de Harvard. Ese es el criterio de liderazgo en un modelo/otro cuyos centros se crean fuera de las fronteras de las naciones. El centro está en Occidente, bien al norte, y el poder le pertenece a las organizaciones financieras, a los grupos multimedia, a las grandes instituciones internacionales. Olvidando las fronteras nacionales, desfragmentando el planeta, estos grupos gobiernan con mecanismos diabólicos que se ofrecen vestidos de Dior y perfumados con Chanel 5.

IV

Después del 11 de septiembre de 2001, cuando los ataques a las Torres Gemelas de New York y otros objetivos en Estados Unidos, la Globalización encontró un nuevo escenario que justifica aún más sus acciones: la lucha de las civilizaciones.
En esa lucha hay dos civilizaciones que se resisten al sometimiento occidental impuesto por los Estados Unidos y parte de Europa, la china y la musulmana.
En el caso de China, es la nación más grande y dinámica del mundo, con valores de organización del trabajo y de progreso, que representa un peligro potencial para Estados Unidos. La civilización musulmana, controla el 90 por ciento del petróleo del mundo y entrar en conflicto con ella (como sucede ahora mismo), implica para la civilización pro y norteamericana arriesgar sus fuentes externas de abastecimiento del petróleo, lo que también es un peligro.
Esta lucha entre civilizaciones ha llevado a algunos teóricos a decir que estamos en un mundo donde se repite, en cierta medida, la historia de la Roma antigua al vivir una era de bipolaridad, donde se oponen los poderosos (Roma) encerrados en sus propios límites, y los bárbaros (el resto del mundo).

V

Finalmente, agreguemos un proceso del pensamiento humano que alimenta la Globalización contemporánea: la mentalidad de aldea. Todavía no somos capaces de pensar en esas escalas globales y planetarias, aunque vivimos en un mundo muy diversificado, complicado e inestable donde fácilmente las cosas pueden cambiar.
La supuesta teoría de que no podemos mudar las cosas grandes, el limitarnos a las pequeñas porque son las que alcanzamos a dominar, es un vivo ejemplo de la incapacidad que la Globalización nos impone para comprender el mundo en que vivimos, un mundo que ya está globalizado.
Por eso, cuando las muchachas y muchachos hacen filas y se desviven por comprar esas burdas imitaciones de Adidas, Nike, USARMY, D & G, o los rostros felices de los reguetoneros de éxito, los rokeros de siempre, es porque piensan que viven en una pequeña aldea, en una calle, en una casa. Esos son los tamaños, las dimensiones de su imaginación. Esa es su principal contradicción de la que no quieren o no pueden darse cuenta por el desconocimiento y el vivir ajenos a lo que le rodea, no participar de los procesos de una forma democrática, por la ausencia de diálogo y de interacción.